Cambio climático en Cádiz: atascados en las buenas intenciones
La transición energética y las medidas de adaptación a escenarios variables muestran tanto episodios de burbuja (huertos solares, hidrógeno verde), como proyectos a medio hacer.
Horas antes de la inauguración de la Cumbre del Clima en Glasgow, Joe Biden acudía a la reunión del G20 en Roma con una escolta de ochenta coches. Detalle que no le impidió, nada más aterrizar en tierra escocesa, lamentar que “nos estamos quedando cortos” en los plazos para reducir emisiones y subrayar la necesidad de alcanzar pronto el objetivo del 1,5 grados de subida. ¿Es una imagen insultante? Sin duda. ¿Estúpida? Por supuesto. Pero aún más que insultante y estúpida es otra cosa: paradigmática. A otra escala mucho más insignificante, Joe Biden somos todos.
Tras un rosario de Cumbres del Clima arropadas por informes cada vez más enconados del IPCC sobre la necesidad de reducir las emisiones, el público en general, y las agrupaciones ecologistas en particular, son más que escépticos al respecto: para Ecologistas en Acción, los buenos propósitos chocan “de manera frontal con los bajos compromisos de reducción de las emisiones aportados por los diferentes países”. En un intento por simplificar las cosas, la actual COP26 transmite dos mensajes: la importancia de reducir de forma drástica las emisiones y la necesidad de proteger los escenarios vulnerables.