Ventajas e inconvenientes de los coches de hidrógeno
Los coches propulsados por hidrógeno podrían ser el futuro, pero se tienen que cumplir una serie de requisitos. Primero, tienen que ser técnicamente viables. Después, resultar económicamente competitivos. Y finalmente, imponerse a la cada vez más perfeccionada alternativa que representan los coches eléctricos de baterías o BEV. El primer peldaño está subido. Sin embargo, los restantes van a requerir un esfuerzo notable y que se presenten muchas circunstancias favorables
El sistema es sencillo. El hidrógeno se almacena a alta presión en tres depósitos. De ahí se manda a la pila de combustible, donde reacciona con el oxígeno del aire (introducido a presión) para generar electricidad. Esta electricidad se envía a un inversor, que es el encargado de convertirla en corriente trifásica. Esa corriente se envía al motor eléctrico (trasero, en el caso del Toyota Mirai). Una batería de alta tensión actúa como almacenamiento secundario de energía, y puede recargarse tanto mediante la regeneración como gracias a la pila de combustible.