
Cultura de seguridad en el despliegue del hidrógeno: una prioridad compartida para Alemania y España.
En un momento clave para la transición energética europea, el desarrollo del hidrógeno como vector energético sostenible avanza con paso firme en países como Alemania y España. Ambos comparten objetivos ambiciosos de descarbonización, expansión de energías renovables y liderazgo tecnológico en la producción y uso de hidrógeno verde. Sin embargo, el éxito de esta transformación no puede medirse únicamente en capacidad instalada o kilómetros de red construidos. La cultura de seguridad debe ocupar un lugar central en la estrategia.
Esta es una de las principales conclusiones de la reciente declaración del Consejo Nacional Alemán del Hidrógeno (Nationaler Wasserstoffrat, NWR), publicada el 13 de marzo de 2025. El documento pone de relieve la necesidad de consolidar una cultura de seguridad transversal y robusta en todos los niveles del ecosistema del hidrógeno: producción, almacenamiento, transporte, distribución y consumo.
La incorporación de nuevos actores al ecosistema del hidrógeno —como startups, operadores logísticos o pequeñas ingenierías— exige una base común de formación, protocolos y aprendizaje continuo sobre seguridad.
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Alemania: el marco estratégico exige acompañamiento técnico y humano.
La Estrategia Nacional Alemana para el Hidrógeno (NWS 2023) establece un plan integral que incluye metas como la duplicación de la capacidad nacional de electrólisis hasta los 10 GW en 2030, el despliegue de una red troncal de 9.040 km de infraestructura específica (40% de la cual de nueva construcción) y la consolidación de Alemania como mercado y exportador líder de tecnologías H₂. Sin embargo, en palabras del propio NWR, la complejidad del sector exige una arquitectura paralela de seguridad que se articule en la formación, la normalización y la gestión de riesgos reales y percibidos. Esto implica desarrollar estándares técnicos, marcos regulatorios claros y programas de capacitación continua, especialmente dirigidos a nuevos actores con menor experiencia previa en la manipulación de hidrógeno.
Entre las medidas recomendadas por los alemanes se incluye la creación de una base de datos nacional de incidentes y buenas prácticas, inspirada en la plataforma estadounidense HyRAM+, así como el impulso de redes de intercambio entre industria, ciencia y administración pública a nivel nacional.
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España: un escenario similar con margen para la anticipación.
España ha asumido un papel estratégico en la arquitectura energética europea, gracias a su capacidad renovable, sus planes nacionales de hidrógeno con el objetivo de 12GW de capacidad de electrólisis instalada y su implicación en proyectos como H2Med, que conectará la Península con el norte industrial del continente.
No obstante, al igual que Alemania, España afronta el desafío de garantizar que el despliegue del hidrógeno no quede limitado por la falta de recursos normativos, técnicos y humanos en materia de seguridad. Actualmente, no existe una estructura institucional específica dedicada a la gestión integrada de la seguridad del hidrógeno, ni programas de formación a gran escala homologados con los socios europeos.
Esto abre una oportunidad clara para avanzar de forma proactiva en el diseño de mecanismos institucionales, consorcios público-privados y programas internacionales de cooperación.
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Propuesta institucional de cooperación bilateral.
El contexto político y tecnológico invita a fortalecer la colaboración estructurada entre Alemania y España, dos países llamados a desempeñar roles complementarios en la economía del hidrógeno, los germanos como importadores y los ibéricos como exportadores. Las siguientes líneas de acción podrían formar parte de una agenda bilateral específica:
- Establecimiento de un marco común de formación y certificación, respaldado por centros tecnológicos y universidades de ambos países, con enfoque en operadores industriales, gestores públicos y cuerpos de protección civil. En este sentido, desde el Clúster Andaluz del Hidrógeno estamos colaborando con las Universidades para definir un plan de formación específico para el hidrógeno que cubra las necesidades del sector.
- Desarrollo de una base de datos europea compartida sobre riesgos e incidentes relacionados con hidrógeno, que permita una respuesta informada y la mejora continua de estándares.
- Lanzamiento de proyectos piloto conjuntos que integren producción, almacenamiento y uso del hidrógeno, bajo criterios de seguridad y sostenibilidad, en territorios como Andalucía y Baja Sajonia.
- Harmonización técnica y regulatoria, contribuyendo a los trabajos normativos de la UE en cuanto a materiales, protocolos de emergencia, tecnologías de detección, etc.
- Participación conjunta en foros y mecanismos europeos, impulsando criterios de seguridad previamente acordado entre sendos países.
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Conclusión: la seguridad como base de una economía del hidrógeno sostenible.
El impulso al hidrógeno debe ir acompañado de una arquitectura institucional sólida que garantice su uso seguro, socialmente aceptado y técnicamente controlado. Esto no solo es imprescindible para reducir riesgos, sino también para generar confianza entre la ciudadanía y facilitar la atracción de inversiones.
Alemania parece haber tomado la iniciativa con un enfoque claro y estratégico. España cuenta con el potencial y los recursos para alinearse y convertirse en un socio clave en la construcción de una cultura europea del hidrógeno basada en la excelencia técnica y la responsabilidad institucional, y aumentar a su vez el rol de líder en la transformación energética dentro de Europa.
Una alianza hispano-alemana en materia de seguridad no solo es conveniente: es necesaria para que el hidrógeno sea una solución real y segura.
Escrito por Juan Zurbarán, colaborador del Clúster Andaluz del Hidrógeno. https://www.linkedin.com/in/j-zurbaran/
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